Parece desde fuera que no se tiene muy clara la tierra prometida, la meta o el rumbo.
Opinión. A largo plazo.
El jarro de agua fría que ha supuesto para
el sector la última reunión con la ministra Pastor, ha lanzado una ola
de frustración y descontento sobre los representantes de los
transportistas, porque los propios transportistas grandes y pequeños ya
abrigan pocas esperanzas de que esto lo arregle alguna ley o norma,
salvo el curso de las cosas.
La pregunta fundamental es si el empeño en conseguir cosas como la
acción directa, poder cobrarle al cargador directamente en el caso de
impago, el cobro a 30 días, la cláusula del gasóleo y todos los demás puntos que así se han solicitado, verdaderamente contribuirá a cambiar el sector.
Partiendo de la base de que en un cálculo muy optimista sólo se podrían conseguir un 50% de las cosas,
y aun así por el animo de los representantes de las asociaciones, ni
eso, la gran incógnita es saber si eso va a servir en último caso para
algo. Un gran operador logístico, de estos que ahora llaman "tiburones",
reflexiona que no se van a conseguir estas solicitudes por sus
dificultades jurídicas y porque no van con el signo de los tiempos, que
es liberalizador, y que un Gobierno que ha podido liberalizar poco y que es de los que baja impuestos y no ha hecho mas que subirlos, lo que menos tiene el cuerpo es para imponer normas que parece que son corsés a la actividad económica.
Pero llega a una conclusión todavía más sangrante. Lo dice uno de estos tiburón de tiburones,
de los que han supuesto desde las asociaciones un corazón helado para
los transportistas, pero lo dice en un arranque de compasión. "Pero
es que estos sectores no tienen arreglo, con la cantidad competidores,
con 100.000 transportistas, esto, se pongan como se pongan, tiene muy
poco arreglo".
Como siempre que se llega a un punto crítico, a veces los extremos se tocan. En el otro extremo, un gran dirigente patronal se lamenta de no saber si todo este esfuerzo vale para algo.
Es el desánimo lo que cunde dentro del sector. Y uno se pregunta si no
es que, como tantas otras veces, estamos poniendo tanto empeño en tantas
cosas equivocadas.
" El sector es complejo" dice Ovidio. En el mismo Comité Nacional cohabitan el que defiende al grande y al "poca ropa", grandes operadores
que no tienen camiones en su modelo, agencias que nunca los tuvieron,
flotistas con la mitad autónomos, rumanos, portugueses, flotas pasadas
al cooperativismo, etc. Y tanto. Es difícil que de salida nadie sepa lo que quiere o le conviene en el fondo al conjunto y algunas veces incluso en particular.
Pero han quedado argumentos más estructurales, como los que ha lanzado Basante
sin complejos de acabar con los módulos o de acabar con ellos a plazos,
defiende que sería tras 30 años mejor para el mismo autónomo, la
experiencia demuestra que no ha sido muy bueno el modelo actual.
Puede ser que no haya un sólo factor que estructure mejor el transporte por carretera, pero parece desde fuera que no se tiene muy clara la tierra prometida, la meta y el rumbo, y que cada vez se añaden más cosas en las solicitudes, y cuando se ven pérdidas se da cuenta uno de lo accesorias que eran.
martes, 16 de abril de 2013
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