Atención
a los avances en impresión 3D, que están superando el ritmo de lo
esperado por muchos: por un lado, la empresa que probablemente ha jugado
un papel más importante en el desarrollo de la impresión 3D a nivel de
usuario final, Makerbot, amplía sus instalaciones en Brooklyn en más de cinco mil metros cuadrados y anuncia la contratación de cincuenta empleados, que se unen a los más de cien que ya tiene.
Por otro, a la salida de la Robo3D, una impresora financiada a través de Kickstarter con un precio final de $600 (modelo que imprime únicamente en PLA) o $700 (imprime en PLA o en ABS) y que alcanzó una financiación de $650.000 sobre los $50.000 que solicitaba, se une Buccaneer,
la impresora que aparece en la foto, con un precio estimado final de
$347, una aproximación conceptualmente mucho más dirigida al usuario
final, y que lleva levantados $600.000 sobre los $100.000 que pedía… ¡en los primeros cinco días, a falta de veinticinco días más para el cierre!
Mientras algunos todavía creen estar hablando de juguetes para geeks y cacharritos para imprimir adornos que poner en una estantería (ahora además con acabado brillante), o se escandalizan pensando absurdamente en los dilemas de las posibles armas impresas en plástico, estamos en realidad hablando de la popularización de la impresión tridimensional a un nivel muy difícilmente imaginable hace menos de un año. Aún teniendo en cuenta claramente todo lo que la impresión tridimensional es y lo que no es, estaremos de acuerdo con que conviene tener este tema en el radar…
miércoles, 5 de junio de 2013
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