miércoles, 5 de marzo de 2014

Inversores chinos, silenciosos pero muy bien financiados

En un entorno de dificultades financieras donde a los emprendedores españoles les cuesta acceder al crédito, sorprende la proliferación de negocios chinos que abren con aparente facilidad o que llegan con dinero fresco dispuestos a comprar inmuebles, empresas, etc. Ver también China, los nuevos amos del turismo en Europa.
En el caso de las grandes empresas chinas, esta situación se explica porque la mayoría de compañías de China que están adquiriendo activos en Europa son de titularidad estatal y reciben además el apoyo económico de los propios bancos chinos, que les conceden financiación barata.
Por lo que respecta a determinados pequeños negocios, “en una época de crisis donde los bancos no están dando créditos, para la comunidad china había una financiación disponible, que es una financiación fundamentalmente de dinero negro que proviene de todas esas mercancías que entran en España sin pagar los impuestos requeridos”.
Así lo apuntan los periodistas españoles Juan Pablo Cardenal y Heriberto Araújo, que trabajan en China como corresponsales, y son los autores de “La silenciosa conquista china” y “El imperio invisible”, publicados por la editorial Crítica.
Ambos autores han analizado a fondo cómo el gigante asiático se está convirtiendo en la potencia hegemónica del siglo XXI y de qué modo funcionan muchos negocios chinos en España.
La mayoría de compañías de China que están adquiriendo activos en Europa son de titularidad estatal. #shu#
La mayoría de compañías de China que están adquiriendo activos en Europa son de titularidad estatal. Imagen Shutterstock
En esta entrevista con HOSTELTUR,  Juan Pablo Cardenal y Heriberto Araújo apuntan cómo esta tendencia puede afectar a la industria turística.
¿Creen ustedes que, tras haber penetrado profundamente en el sector de ventas minoristas en Europa, hay indicios para suponer que puede producirse un “desembarco” de inversiones chinas en la hostelería, transportes, operadores turísticos, etc?
Lo que es indudable es que los emigrantes chinos se han caracterizado por diversificar sus inversiones. La primera oleada de emigrantes chinos llegó a España en los 80, copando el sector de la restauración asiática, el import-export de productos asiáticos y los bazares y, en menor medida, la confección textil.
A medida que estos sectores fueron saturándose, los nuevos emigrantes han apostado por otros negocios: fruterías, agencias de viajes, peluquerías, bares, etc. Por lo tanto lo más probable es que a medida que sean más fuertes económicamente, tanto los chinos que viven en España como otros inversores chinos que viven en China amplíen sus inversiones a otros sectores.
Gracias a la crisis esto está ya ocurriendo en otros países occidentales, donde los chinos están comprando tecnología y activos estratégicos que no estaban a su alcance hace unos años.
En este sentido, en España el sector turístico es uno de los más obvios, porque el sector tiene décadas de recorrido y experiencia, y recibe en torno a 60 millones de turistas al año. Además de las oportunidades que puedan ver en España, los inversores chinos también aspiran a aprender el know-how que les permita desarrollar en China una oferta turística competitiva internacionalmente.
A partir de la experiencia recogida en sus investigaciones, ¿cuáles podrían ser los riesgos de este fenómeno?
Lo que está pasando en la actual coyuntura de crisis es que China es percibido como el país que tiene que ayudarnos en la recuperación económica y, por tanto, los gobiernos occidentales están extendiéndole una alfombra roja para sus inversiones.
Significa esto que muchas de las empresas chinas que están adquiriendo activos en Europa y América, la mayoría de titularidad estatal, están empezando a competir en los mercados globales con la ayuda del Estado chino. Este capitalismo de Estado significa que disfrutan de una posición de casi monopolio en el mercado chino, que reciben subsidios encubiertos o que tienen acceso a financiación barata y preferencial.
Esta competencia desleal coincide en un momento en el que a las empresas chinas se les ofrece invertir en nuestros países con las garantías de la UE y competir en situación de igualdad, mientras las empresas occidentales tienen cada vez más problemas para acceder al mercado chino y competir allí en situación de igualdad. Esto es una anomalía que, dadas las urgencias económicas en Europa y la gran cantidad de dinero que los chinos tienen disponible para invertir en el extranjero, supone un riesgo futuro indudable.


¿Cuál sería su recomendación para las empresas turísticas españolas, sean pymes o grandes compañías, si detectan que este fenómeno realmente aumenta en los próximos años?
Seguro que hay muchas empresas chinas que están haciendo negocios en España que cumplen la legalidad. Pero las que no la cumplan, las empresas turísticas españolas tienen que ponerlo en conocimiento de las autoridades competentes, para que éstas puedan fiscalizarlas y obligarles a que cumplan la ley. Si lo hacen, bienvenida la competencia; si no, que se aplique la ley.

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