Antes
 el Consejo de Administración se encargaba de ver y asesorar la 
situación financiera, pero hoy es necesario que volteen hacia la parte 
administrativa.                            
                
 
 
Los Consejos de Administración
 fungen un papel importante dentro de las organizaciones, al ser los 
encargados de construir los caminos a seguir y de guiar a sus 
colaboradores para alcanzar las metas según la visión y misión de la empresa.
Sin embargo, los tiempos modernos, la 
globalización y las exigencias del mercado han comenzado a exigir nuevas tendencias dentro de la estructura primaria de los consejos.
Cada año, 
Deloitte México se encarga de realizar un 
estudio que expone las principales tareas que se debe de enfrentar un 
Consejo de Administración y las 
tendencias que enfrentan las organizaciones en temas nuevos que necesitan mayor atención por parte de los directivos de la empresa.
Para sorpresa, la edición de este 2013 de dicho estudio (El Consejo 
de Administración con inteligencia respecto al talento) pone particular 
interés en un tema esencial para las organizaciones, pero que muchas 
dejarían de lado ante la cultura 
organizacional de las empresas en el país: el talento.
“Lo hemos visto durante los últimos años, esta tendencia ha sido 
necesaria implementarla en las organizaciones. Con anterioridad, los 
Consejos Administrativos en las empresas sólo se enfocaban a ver 
temas financieros, pues creían que eso era lo que dejaba el capital. Ahora es tiempo de hacer una migración a mejores prácticas de 
gobierno corporativo,
 es necesario voltear a ver otros temas igual de importantes para la 
vida de nuestras organizaciones”, comenta Daniel Aguiñaga, socio líder 
de Gobierno Corporativo y Sustentabilidad de Deloitte México.
Ante esta nueva tendencia, el experto asegura que el contar con el talento adecuado dentro de los 
consejos y
 las distintas áreas de la organización evita dañar o afectar funciones 
estratégicas en las empresas y beneficia de manera integral en temas 
operativos a las organizaciones. 
Los objetivos están en riesgo cuando no hay 
control o 
supervisión del talento adecuado en las organizaciones, es decir, las metas estratégicas en casa se pueden ver afectadas.
Sin embargo, existen cuantiosos beneficios al momento de contar con 
el talento necesario y capacitado, nos hace ser mayormente competitivos 
en el 
mercado y existe un mayor beneficio financiero 
–mayor productividad, mejores reportes trimestrales, innovación, 
crecimiento de la gente proactiva, menor y mejor rotación de personal y 
mayor participación y desarrollo de proyectos organizacionales–, 
 comenta el experto.
Para Deloitte, es tiempo de que las 
cúpulas organizativas volteen a ver temas administrativos y de RRHH que 
puedan beneficiar a sus compañías, de esta forma, recomienda a los 
Consejos de Administración atender los siguientes elementos que ayudarán
 a definir y desarrollar las responsabilidades necesarias dentro de la 
supervisión del talento: 
1. Riesgos relacionados con el talento
De acuerdo con Deloitte, existen cuatro riesgos fundamentales en las organizaciones que están vinculados al talento:
a) Riesgos reputacionales. Temas como percances 
financieros, violaciones de ética organizacional o problemas legales 
suelen presentarse al carecer de talento comprometido e identificado con
 la organización, trayendo impactos negativos sobre los ingresos, 
beneficios y valor de mercado de una empresa.
b) Riesgos de gestión de crisis. Aquí es lo que se 
le llama evento “cisne negro”, aquellos temas pequeños que suelen tener 
un impacto de largo alcance. Temas como cambio en las tendencias 
económicas, salida del talento, salud y seguridad.
c) Riesgos empresariales y regulatorios. Hablamos de
 programas de beneficios e incentivos dentro de las organizaciones. 
Según el estudio, éstos deben estar alineados con los objetivos 
organizacionales, ayudando a crear empatía por parte del talento.
d) Riesgos en RRHH. Estos temas están relacionados 
con seguridad, propiedad intelectual, fraude por parte de los 
colaboradores, riesgos financieros, incompetencia, pobre criterio y 
falta de lealtad.
2. Aumento de responsabilidades por parte de los directivos
Al respecto, Aguiñaga asegura que los
 consejos y equipos directivos deben enfocarse en entender las 
estrategias para el talento que sirven de base a los principales 
objetivos del negocio, realizando revisiones periódicas con los 
directivos de la organización, creando indicadores medibles respecto a 
la operatividad del talento y teniendo cuidado en la sucesión de las cabezas directivas. 
3. Impacto del perfil demográfico en las estrategias de negocio y gestión de talento
Sobre las diferencias generacionales en la organización, el reporte indica que los 
baby boomers se encuentran en la parte operativa de las empresas, generando la fuerza de trabajo. 
Por su parte, la 
generación X está ocupando puestos estratégicos en las organizaciones, abarcando desde puestos ejecutivos hasta directivos. 
En cuanto a la 
generación Y, se observa un 
crecimiento participativo y funcional, en el que se encuentra creando 
proyectos de innovación, estrategias importantes y subiendo rápidamente 
para alcanzar puestos directivos. Ante ello, se recomienda cuidar los 
siguientes temas:
•
 Los roles de género.
•
 La edad de los colaboradores.
•
 Diversidad (nacionalidad, cultura, roles económicos, género, raza, grupo étnico y religión).
•
 Tecnología.
4. Entendimiento de los riesgos al carecer del talento adecuado 
Se debe comprender que las personas son el mejor activo dentro de las
 organizaciones. Para ello, es recomendable incorporar y conectar a los 
líderes externos a la organización y capacitar al 
personal de
 manera continua y eficiente. Así como crear una cultura que sea 
atractiva para el talento sin dejar a un lado los objetivos 
primordiales.
5. Supervisión adecuada del talento por parte del Consejo
Para entender este punto, Deloitte ofrece algunas preguntas que éste debe resolver:
•
 ¿Cuáles son las principales cuestiones relacionadas 
con el talento para el consejo que necesitamos considerar durante los 
próximos años?
•
 ¿Cuáles son nuestros requisitos para el talento a 
nivel del consejo y comités del consejo desde el punto de vista del 
negocio, la gestión, los reguladores y los accionistas?
•
 ¿Qué experiencia profesional y cualidades personales 
–como habilidades para la comunicación o credibilidad con la 
dirección– faltan en nuestro consejo?
•
 ¿Cómo se puede garantizar que nuestro consejo tenga diversos puntos de vista?
•
 ¿Cuál es nuestra composición óptima del consejo (habilidades, experiencia, perfil demográfico?
De esta forma, Aguiñaga asegura que se debe tener muy en claro el 
plan de trabajo de cada consejo ante temas de gestión, administración y 
RRHH. Asimismo, asegura que es importante involucrar a los directivos y 
al consejo en temas como: selección de talento, innovación, proyectos y 
programas de beneficios.