lunes, 16 de diciembre de 2013

La crisis de Acciona Trasmediterránea. El desprecio o el desconocimiento del negocio de la carga.





Acciona ha rizado el rizo logrando nombrar a directivos, los mas importantes de la naviera ajenos a la parte del negocio mas importante y recurrente de la naviera, toda una receta para horrorizar a los analistas financieros ante cualquier empresa.


Una de las causas de los malos resultados de Acciona Trasmediterranea es el continuado desprecio del negocio de la carga.

Los resultados de Acciona - Trasmediterránea no son buenos y se rumorea la salida de directivos. Los Entrecanales no aciertan, no tienen suerte.

Esta claro que la carga no es glamurosa para los directivos. Parece que no lo ha sido nunca. Ahora parece confirmarse que los fracasos de Miguel Angel Fernández-Villamandos, de Juan Sáez o de Antonio Grávalos se han debido al parecer en la obstinación en ignorar el negocio de la carga como una fuente, quizá la principal de los ingresos de las compañías ro-ro. La fuente mas recurrente y constante de ingresos. Lo de roll on, roll off debía haber avisado de que el negocio no es solo el del "barco del amor".

De hecho en Trasmediterránea como en Grimaldi la carga es la base de unos ingresos recurrentes, constantes, continuados, sin tanta estacionalidad. En Trasmediterránea parece se ha trabajado constantemente para erosionar esta base.

En una época en donde las necesidades de tiempo han hecho que el pasaje solo sea un negocio lucrativo para los cruceros, insistir en hacer del pasaje turístico, el protagonista a lo largo del todo el año, a trayectos y destinos tan conocidos para los españoles como pueden ser las Baleares o las Canarias se ha convertido en un persistente error.  El pasaje funciona entre los emigrantes y cuando no hay otra alternativa.

La crisis en vez de hacer del barco un alternativa creciente, por barata, lo ha hecho retroceder como ha pasado en el mar Adriático, entre destinos como Venecia y Corfú. Entre Italia y Grecia se han perdido en la crisis un millón y medio de pasajeros, que nunca volverán como ha dicho recientemente un famoso armador.

Si antaño viajar a Baleares en barco, o a Canarias, tenía el sabor de la aventura, y casi hippy, para las generaciones que ya nacieron con la aviación masiva como medio de transporte, y mas con las low cost, esto ya carece de glamour.

Por tanto la insistencia en contratar directivos, como el director general Ignacio Aguilera, procedente del tour operador Pullmantur, o el director de marketing, José Luis Fernández Day, procedente también de Pullmantur y conocido de Aguilera y que era el director de informática de la agencia de viajes, o
como José Vicente Herrero, director comercial, procedente de Air Nostrum, era una apuesta por la disfuncionalidad.

Aguilera no se puede quejar, llegado en marzo de 2.012 ha tenido carta blanca para nombrar a un ampilo equipo, y bien que lo ha hecho, parte llegado de su anterior empresa el tour operator Pullmantur.

Alguien ha retratado de forma acertada la actual Acciona.Trasmediterránea como una compañia que  "parece que sea todavía estatal". Demoledor.

Durante años soportó la compañía pública el amiguismo de los nombrados por políticos. Soportó el nepotismo de ver nombrados a amiguetes de ocio y negocio. El expólio de sus activos, el manejo de sus contratos de buques. Tan pronto dirigía la naviera un empresario del night life madrileño, como el director de personal, como un funcionario de patrimonio del Estado.

Todos hacían creer a la prensa que ya sabían de barcos, pero se esperaba que ya privatizada los que ponían el dinero fueran mas despiertos. Luego ya con Entercanales llegó un directivo de Iberia, Juan Saéz, y lo mismo. Con mas altura como encantador de serpientes.

In extremis Entrecanales puso a Vega-Penichet su amigo, abogado y secretario del consejo, de su máxima confianza, al mando. Encantador, un señor. Pero como presidente debe asumir estos nombramientos, no basta con ser encantador.

Lo increíble es que esto pase aquí y ahora en una empresa privada. Si José María Entrecanales levantase la cabeza con aquel genio y olfato que tenía. A los Entrecanales se le han sublevado sus co-accionistas. Les han puesto pleitos, y se han pasado algunos a la competencia. Han visto cambiar de bando y ponerse en su contra a sus propios consejeros como un tipo tan predecible como Luis de la Peña, ex Suardiaz, donde guardan un grato recuerdo.

A pesar del registro histórico de Trasmediterránea, su solera y su buena clientela, a pesar de que los financieros de las casa han hecho todo lo posible; el accionista ha puesto dinero; los trabajadores han sufrido Eres, el desprecio o desconocimiento al 60% del negocio sigue siendo mayúsculo.
Ahora se les ha ocurrido parar sus propia flota de camiones para que un cliente aprenda el negocio y utilice los suyos.

Con este registro en Acciona-Trasmediterránea parecería que siempre han caído mas bien mal los de la carga. Los transportistas que eran gustosos clientes de la línea han sido hostilizados desde el principio tratándolos con toda desconfianza. Haciéndoles la competencia.

La realidad es que los que tienen perspectiva histórica han visto siempre llegar
a la naviera a personajes sobre todo en la etapa pública, que creían que les habían hecho poco menos que almirantes, y se encargaban rapidamente la blazer cruzada azul marino, para pronto descubrir que tenían que tratar con el feo lado del negocio de la bodega, los "mafis", el trincaje, estibadores, transportistas, portuarios, etc.. El olor gasoil quemado.

El negocio de la carga requiere paciencia, constancia, espiritu de servicio, austeridad de cargos. Requiere estar a pié de muelle, ver bajar y subir los trailers, dialogar con los clientes.

Requiere servicio y servicio. Una imagen de austeridad y eficiencia. Un trato continuado. El mimo a los clientes.

Si y eso es difícil cuando los clientes no conforman a los del "barco del amor", cuando se ven desde la perspectiva de la calle serrano o el latigazo.

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