martes, 14 de mayo de 2013

Tendencias en el transporte que no conviene olvidar

Como en el sector inmobiliario, en el transporte se han cometido muchos excesos en los últimos 20 años. Como en el inmobiliario, donde todo valía y se construía en todos sitios, en el transporte por carretera se ha permitido todo. Se ha permitido construir cualquier tipo de empresa de cualquier forma.

Ahora la crisis ha provocado un descenso de la demanda que, en sectores como el transporte, producen efectos dramáticos de quiebras y desapariciones de empresas, pero con un añadido que es un largo ajuste y competencia de precios que hacen descender los márgenes de las empresas que sobreviven.

Esto está haciendo no poder ver las tendencias que hay a largo plazo. En primer lugar, a pesar de que ahora con la crisis parezca que vaya a haber un movimiento contrario a la subcontratación, la tendencia a largo plazo reafirma cada vez más este proceso, y a no ser que en España se tomasen radicales medidas legales y jurídicas, esto seguirá igual. Seguramente, la ley podrá eficazmente contener el número de autónoimos no dando licencias y el de cooperativistas, pero mientras que el límite para entrar en el transporte esté tan bajo como 3 camiones y 60 toneladas, la subcontratación va a seguir siendo una norma.

Parejo a esto van a crecer, aunque parezca contradictorio, las empresas de transporte con flota propia o alquilada, de grandes dimensiones. Esto está provocado por la creciente concentración de los clientes y el aumento de los movimientos de transporte. Porque lo trágico es que el transporte está en crisis, sin embargo, el número de movimiento por unidad producida no hace otra cosa más que crecer, aunque sólo fuese por el desarrollo del comercio electrónico para Internet.

Otra tendencia inevitable es que Europa se está convirtiendo en un mercado global de transporte. Aunque la crisis produzca movimientos contrarios al cabotaje, hay que decir que este y la presencia de transportistas en países europeos que no son suyos, no hace más que crecer.

En España, el transporte internacional ya no se pude concebir sin unas fuertes operaciones de cabotaje y triangulación en Europa. Esta presencia de transportistas españoles en Francia o Rumanía es un proceso imparable. Veremos cómo transportistas de países europeos operarán con creciente éxito en otros países.

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