El relevante papel que el puerto de Cartagena tiene desde 
hace una década en el negocio de los cruceros no solo ha llevado a otros
 destinos a imitar su política de captación de navieras, sino también a 
retarla con decisiones económicas y estratégicas para quitarle clientes.
 El consejo de administración de la Autoridad Portuaria de Alicante ha 
adjudicado a una empresa, Costablanca Portuaria SL, la gestión de la 
terminal de pasajeros por 15 años, pero con la intención de convertir en
 el plazo de dos en base de navieras para el inicio y llegada de sus 
cruceros. Es lo que se denomina 'puerto home' y es a lo que también 
aspira Cartagena en un horizonte mucho más lejano: alrededor de veinte 
años.
Con esa decisión, Alicante trata de invertir una situación 
muy desfavorable para sus intereses. Mientras Cartagena encabeza el 
listado de puertos que más crecen tanto en escala de buques como en 
pasajeros, el de Alicante está entre los que más pierden. Hasta el 
pasado mes de julio experimentaba un descenso en el número de viajeros 
del 52,28%.
El próximo 1 de enero, Alicante estrenará unas tarifas 
(aprobadas el pasado mes de julio) que permitirán un ahorro medio de 
3.000 euros a cada barco que haga escala en su terminal. La rebaja media
 asciende a un 34% porque también aumentan las bonificaciones por 
pasajero que llega a puerto. En la capital de la provincia vecina no 
esconden que el objetivo de todas estas medidas es quitarle a Cartagena 
escalas de los trasatlánticos que navegan entre Valencia y Málaga. Allí 
llama la atención que muchos de los turistas que desembarcan en la 
terminal del Muelle de Alfonso XII sean llevados de excursión a Elche, 
ciudad mucho más cercana a Alicante.
Las tarifas, una anécdota
Pero la bajada de tarifas es casi una anécdota para el 
negocio de Cartagena, en cuya Autoridad Portuaria no quieren hacer 
valoraciones al respecto.  Sin embargo, fuentes del sector recuerdan dos
 claves importantes: los nuevos precios alicantinos siguen siendo más 
altos que los actuales de Cartagena, que tiene más margen de maniobra 
para captar clientes por ser un puerto altamente rentable (el de 
Alicante no lo es). Además, su aplicación es a partir del próximo 1 de 
enero, con una vigencia de un año. «Las reservas de escalas para 2014 
están cerradas desde hace meses. Ahora, la Autoridad Portuaria está 
cerrando la campaña de 2015», explican fuentes del sector.
Pero hay un campo mucho más desfavorable para Cartagena. La
 partida que a priori tiene ganada Alicante es su proyecto para 
convertirse cuanto antes en base de navieras, tratando de culminar un 
trabajo que ya empezó en la década pasada y que le llevó a probar sin 
mucho éxito el embarque de pasajeros. La provincia vecina juega con la 
ventaja de disponer de mejores infraestructuras que Cartagena. «Aquí 
tenemos el aeropuerto internacional de El Altet, un AVE con 18 
frecuencias diarias a Madrid y camas hoteleras suficientes para atender 
las necesidades de las compañías», explica una portavoz del Puerto de 
Alicante. Su único inconveniente, dicen en el sector, es su proximidad a
 Valencia, en cuyos modernos muelles ya operan MSC Cruceros, Royal 
Caribbean, Carnival y Norwegian Cruise Lines.
Costablanca Portuaria explotará la estación marítima de 
cruceros de Alicante durante los próximos 15 años. Además de encargarse 
de la gestión de los atraques, atención a los viajeros, organización del
 aparcamiento y explotación de servicios, también hará funciones 
comerciales para la captación y contratación de navieras dispuesta a que
 sus barcos hagan escala en aquella ciudad (en Cartagena, esa última 
función la hace el departamento comercial de la Autoridad Portuaria).
El presidente del Puerto de Alicante, Joaquín Ripoll, ya ha
 establecido como objetivo prioritario ser puerto base. «Eso lo ha 
asumido la concesionaria futura y vamos a intentar que en el plazo de 
dos años podamos comenzar a tener cruceros que salgan desde Alicante».
















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