Juan Carlos I. Del rey de la logística, al príncipe de la productividad.

El Rey Juan Carlos I, ha presidido en su reinado sobre el desarrollo del transporte y la logística mas grande que un país ha conocido en los últimos 40 años.

De hecho este desarrollo que nos ha puesto a la cabeza del mundo en infraestructuras, comenzó cuando el llegó a España a estudiar. Desde entonces las infraestructuras del transporte en España no han hecho más que crecer sin cesar. Los años 60 crecieron desde una situación muy baja pero en los años 80, 90 y 2.000 se aceleraron con la inyección de dinero de los fondos europeos, la entrada de capitales, y los prestamos del exterior.

España tiene hoy una modernísima red de autovías y autopistas y la mayor red de alta velocidad del mundo salvo China. También tenemos la mayor red de puertos de cualquier país europeo muy cerca de tener más puertos de grandes dimensiones que los 5 países más grandes de Europa juntos.

En estos años el rey Juan Carlos I ha presidido un desarrollo enorme de las infraestructuras. Sin embargo muchas de las infraestructuras están hoy infrautilizadas.

La abdicación del rey que como el mismo dijo debe dar paso a una nueva generación y no solo en su caso y la del príncipe heredero sino que también se refería a una nueva generación de la sociedad civil española, empresarial y política tiene que ser la generación de la utilización óptima de estos recursos tan amplios, tan abundantes como infrautilizados.

Entre las infraestructuras más utilizadas y cercanas al óptimo son las carreteras y autopistas del Arco Mediterráneo, pudiéndose hacer todavía mucho más por el uso de las autopistas cercanas a la frontera con Francia. Se quiera o no, el transporte por carretera es fundamental para mover esas 80 millones de toneladas que salen por la frontera de los Pirineos todos los años.

En marcha están proyectos como el Corredor del Mediterráneo de mercancías pero como han demostrado los puertos y el enorme número de terminales de contenedores que hay en España infrautilizadas cuando además se proponen la construcción de nuevas; es que España tiene que redefinir su modelo productivo.

Este pasa por una renovación generacional y empresarial de las empresas en España y por un cambio fundamental de las empresas que dominan el panorama económico español. Aciertan los comentaristas que dicen que el rey apunta a que no solo sobraba él si no la generación que controla hoy el Ibex 35.

El modelo productivo español basado en un modelo colonial donde las mayores empresas son aquellas que tienen más del 70% de su facturación fuera de España no es sostenible para mantener el bienestar de 50 millones de personas que conforman nuestra población. Además de tener el mayor numero de infraestructuras por densidad media de habitantes del mundo, tenemos un país que se encamina a ser uno de los más viejos del mundo. Si además gran parte de los turistas permanentes que acogemos son también jubilados y retirados europeos, la presión sobre nuestros sistemas asistenciales requieren un vigoroso impulso productivo que España hoy solo puede ofrecer en el terreno industrial y agroalimentario y en el del sector de la automoción.

Tenemos las mejores infraestructuras pero para el transporte de mercancías su utilización es muy baja. No puede satisfacer que el tráfico portuario aumente gracias al trasbordo y el manejo de hidrocarburos de refinerías y fabricas de automóviles cercanas a los puertos. Somos una buena plataforma de intercambio logística pero eso no asegura puestos del trabajo en el país.

Es por eso un buen momento para que se se lleve a cabo junto a la abdicación del monarca y reconociendo que ha presidido un país que ha desarrollado el transporte y logística de forma excepcional; su heredero y próximo rey se de cuenta que el modelo económico que sirvió a su padre para los éxitos indiscutibles de modernización de este país no le van a servir a él si quiere reinar otros 40 años.